No importaba la lluvia o el tiempo que hiciera, seguro encontraríamos
lo que buscábamos, o por lo menos una botija con dinero. Corría hasta el final
de este, siendo siempre esquiva la recompensa.
Seguía la conseja popular que nos señalaba donde encontrarla y quién la
tenía, pero no era así.
No nos entendían o pretendían no hacerlo. Más bien estaban en la misma
búsqueda.
Pero nadie se atrevía a decirnos que cuando la encontrara les dijera a
todos los interpelados el producto de mis investigaciones. Todos estábamos en
la misma búsqueda.
Algunos señalaban a una iglesia, un bar, un parque, una ciudad lejana o
un camino que al final tendría su recompensa.
Después de mucho recorrer descubrimos la verdad: la felicidad es el
camino y que el final tal vez, sea la muerte.
Fue entonces cuando nos percatamos que la felicidad no carece de
infelicidades, solo la contrastan.
Descubrimos que en la valoración de todo lo que sucede está la clave.
Desde la visión de dos profesionales felices con notorias infelicidades.
Lo escribió César Yacsirk
Lo escribió César Yacsirk
Fórmula para la felicidad:
Donde F es la
felicidad; E las emociones implicadas en nuestras acciones; M los recursos y el
coste energético del mantenimiento de nuestro organismo; B es la búsqueda de
nuevos horizontes (intelectuales, emocionales, profesionales, etc.); P es el
parámetro que define las relaciones interpersonales. R sería el símbolo que
representaría a los factores externos reductivos de la felicidad, como por
ejemplo: no desaprender los conocimientos y las experiencias innecesarias o nefastas , el adoctrinamiento grupal, los procesos de aprendizaje automatizados que dejan sin iniciativa
al sujeto, y un predominio injustificado del miedo emocional por encima de las
exigencias del estado de alerta necesario para la supervivencia. Finalmente, C sería el representante de los factores internos que
llevan a la disminución de la felicidad, tales como: las mutaciones genéticas
lesivas que producen enfermedades congénitas, el desgaste celular y el
envejecimiento que conducen a la muerte, el estrés imaginado y, curiosamente,
el ejercicio abyecto del poder. Tomado de la Internet https://www.unav.es/cryf/cienciayfelicidad.html
La
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