lunes, 28 de julio de 2014
Gerencia y Bienestar 260714 Éxito Contagioso
Entendido como uno de los fenómenos más positivos pero a la vez más complejos que puede vivir el ser humano, podemos describir al éxito como una situación de triunfo o logro en la cual la persona obtiene los resultados esperados y, por lo tanto, se encuentra satisfecha en ese aspecto. El éxito puede ser planeado o suceder espontáneamente dependiendo de la situación en la que ocurra. Por lo general, la noción de éxito se relaciona con el ámbito laboral y social, pero poseer éxito o triunfar en la vida es un concepto mucho más amplio que se puede aplicar a cosas desde lo más pequeñas a lo más grandes y significativas.
Desde Definicion ABC: http://www.definicionabc.com/general/exito.php#ixzz38l0wDMVm
domingo, 20 de julio de 2014
miércoles, 16 de julio de 2014
Gerencia y Bienestar 120714 Froilán Fernández Computadoras Inteligentes
Froilán Fernández, el invitado a
Gerencia y Bienestar es TSU y Lic en Electrónica (Universidad
de Rennes, Francia). M.Sc. En Sistemas Digitales.
Universidad de Brunel, Inglaterra. Periodista. Profesor de la Universidad Pedagógica
Libertador UPEL. 30 años como divulgador de temas de
TI.
Asesor en Redes Sociales
Empresariales. Columnista de El Nacional y de la
revista Sala de Espera.
Tema del programa:
Las computadoras inteligentes o Cómo
crear una mente.
Escrito por @froilan
En busca de la singularidad.

Los smartphones y tabletas actuales han aprovechado esta mejora
exponencial en el rendimiento, pero la gran pregunta es: ¿podrá este
crecimiento exponencial del poder de cómputo de los chips llevarnos a una
máquina realmente inteligente?
Guardando las distancias, una neurona
se comporta como un transistor, de forma binaria. Del mismo modo que el
transistor es una puerta lógica, la neurona se activa o no se activa. El
estímulo puede ser analógico, pero la respuesta es digital.
La cantidad no lo es todo, pero en el
caso del cerebro humano, el número de neuronas todavía supera en varios
órdenes de magnitud a los transistores de un procesador convencional, pero
estamos a menos de una década para que un supercomputador igual en poder de cómputo al cerebro. Y a
menos de 20 años para que un PC adquiera esa capacidad intelectual que hoy
nos negamos a conceder a una máquina.
Es extraño que la humanidad acepte
sin chistar todas las prótesis mecánicas y electrónicas, como autos
super-veloces, aviones supersónicos, o celulares de alcance planetario,
pero no acepta de buen grado que unos circuitos de silicio puedan
tomar decisiones autónomas.
La singularidad, como ha denominado
Ray Kurzweil al hito en el que las máquinas nos alcanzan en el orden
intelectual, puede ser enormemente beneficiosa. Piense solamente en la
posibilidad de hacerle un backup a su cerebro y poder restituir la
información en caso de una contingencia o en la
valiosa sinergia entre máquinas y humanos que permitiría buscar y
recopilar información en un proceso asistido por un asistente digital inteligente.
miércoles, 2 de julio de 2014
Gerencia y Bienestar 280614, Gerenciando el Mundial
Texto escrito por César
Yacsirk, diagramación y montaje Daniel Pérez Jiménez.


En las oficinas y ambientes organizacionales podrían seguramente
observarse dos posturas ante el fenómeno. La primera, prohibir
tácita o explícitamente el seguir las
incidencias del mundial. Una norma que conviviría seguramente con la quiniela
informal promovida por cualquier empleado o por el jefe mismo. Es aquí donde aparecen
las reuniones fuera de la oficina en las horas de cada partido clave o la
diligencia de último minuto justo al inicio de una confrontación futbolística
importante.
La segunda postura y ante la realidad existente, permitir y hasta
favorecer que cada persona pueda seguir cada movimiento del balón, colocando
pantallas en áreas comunes. Paradójicamente, puedo casi aseverar que es menor
el tiempo que un trabajador se queda pegado a un juego “autorizado” que si
seguir el partido fuera una actividad clandestina.

Creo que lo narrado anteriormente encierra una lección. Cada cuatro
años y durante un mes, se paraliza todo un país y el mundo en función a este
deporte. Personas con poca vinculación estrecha con el deporte se unen como el
seguidor de la liga española, italiana o la copa América.
Celebramos fácilmente los éxitos del otro, aunque ese otro no sea
cercano o no sepamos de donde viene. Nos colocamos una camiseta del equipo
apreciado, independientemente de si corresponde al color preferido. Se sufre si el equipo pierde, pero sin dejar
de asimilar la derrota, se sigue el deporte hasta definir un campeón.
Seguimos a los jugadores virtuosos, sus historias, sus logros. Muchos
de estos jugadores inspiran a otros en seguir un camino similar o a asumir los
triunfos y derrotas con hidalguía.
Buscando las enseñanzas del mundial y su extrapolación a la vida y a las
organizaciones, diría lo siguiente:
Convertir nuestras actividades por muy simples o complejas que estas
sean, en un motivo de celebración diario. Resalta tus pequeñas victorias.
Hacer que nuestras actividades y las actividades de las personas que trabajan
contigo, sean retadoras, llamativas y muy importante, con las reglas claras.
Apoyarse en técnicas de marketing para fidelizar a tu equipo entre si y
con la organización a la cual pertenezcan. Claves comunes, lemas que los
identifiquen, puntos de unión.
Resaltar al líder que inspire, más allá de su cargo o su rol. Invita a
otros a ser héroes también.
Trabajar en aprender de las derrotas y sobreponerse a ellas tanto como
reconocer y exaltar los éxitos alcanzados.
El todo está en darle la vuelta
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